jueves, 2 de marzo de 2017

Una familia global


Cuando uno está tan lejos de su país, todo apoyo social cobra un valor especial. Para alguien que llega totalmente solo a un nuevo lugar, en ocasiones con diferencias culturales inmensas alrededor, uno de los impulsos primarios es buscar alguien que nos pueda echar una mano, y de ahí a un grupo de amigos que con el tiempo pueden llegar a percibirse como una verdadera familia. Este fue el fenómeno que me ocurrió, por ejemplo, durante mi primera estancia en Lituania en el año 2005, mientras estaba haciendo una beca Leonardo. Allí tuve la suerte de coincidir con un fantástico grupo de personas, la mayoría becarios como yo, procedentes de diversos puntos, y con las que entablé una amistad que, a día de hoy, perdura y seguimos manteniendo el contacto dentro de nuestras posibilidades. Desde aquel año hemos podido encontrarnos varias veces, aunque nunca todos a la vez, siempre ha habido alguna ausencia. Espero que no tardemos en volver a reunirnos.



Todos aquellos miembros de mi familia lituana cuentan con un rincón especial en el libro, con un capítulo dedicado a ellos y a todo lo vivido ese periodo en el que nuestros caminos coincidieron:




 

Con un 37,5% conseguido, el objetivo se ve alcanzable, espero que la cosa no flojee y podamos mantener esta racha. Muchas gracias de nuevo a todos y a todas, cómo os lo estáis currando.

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